domingo, 25 de enero de 2009

EDUARDO. EL PEQUEÑO LOBO ESTEPARIO. 2ª




Llevo dos días en Argel - Argelia por motivos de negocios y no me quito de la cabeza a mi hijo Eduardo. Hace unos meses nos dijeron que nuestro hijo no interactuaba con sus compañeros y que nos recomendaban que lo viera un especialista. Ahí empezó nuestro periplo por especialistas, neurólogos, psiquiatras, psicólogos, etc. Aunque algún iluminado, visionario o futurólogo nos puso las cosas negras o bastante negras; el resto de profesionales nos ha tranquilizado y nos ha dicho que con trabajo y dedicación el niño, Eduardo, no tiene por que ser diferente a los demás niños.

Si, todos o los pocos que leéis este blog os preguntareis que le pasa al mi hijo. El motivo de esta entrada no es explicar en detalle que le pasa a mi hijo. El motivo es explicaros por que, por desgracia, es necesario que le pase algo a tu hijo para que te des cuenta que él te necesita y que has estado tan absorto en el trabajo, en tus problemas y mirándote el ombligo que no te das cuenta que tu hijo es lo primordial y que debes prestar mas atención hacia él y en definitiva a tu familia.
Yo siempre de lo negativo saco algo positivo. Siempre. Una operación de tres hernias discales me hizo ver que tenia que haberme cuidado más y ahora voy al gimnasio todos los días a las 8 de la mañana. El problema de mi hijo me ha ayudado a darme cuenta que tengo una familia maravillosa y que debo dedicarles tiempo, atención y dedicación. Que debo salir del trabajo e irme a jugar con mi hijo, que debo enseñarle a jugar con la pelota, a montar en cochecito, a distinguir objetos, figuras, colores, formas, etc. En definitiva a hacer cosas banales, triviales y pueriles que a él lo van a ayudar a superar sus problemas y que mi me van a llenar de satisfacción tanto mi ser, mi mente y como mi espiritu. Un "quid pro quo" maravilloso.

La primera entrada que publiqué de mi hijo es del 11 de agosto de 2007 y tenia 11 meses. Ahora tiene dos años y nueve meses (ver segunda foto de esta entrada).
La foto primera, la de la gorra, es la que tengo en la pantalla de mi ordenador para recordarme en todo momento que me necesita y que le debo dedicar el poco tiempo de que dispongo para que se solucione su problema lo antes posible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La vida es bella. Disfrutala dentro de tus posibilidades a lo máximo y cada día.