Normalmente, cuando compro un libro lo hago o bien, porque alguien me lo recomienda o bien, porque he visto alguna crítica sobre el mismo, y que, al gustarme lo incluyo dentro de mi lista de libros a comprar.
En esta ocasión no fue nada de lo anterior. Esta vez lo compré por la portada del libro. La calavera con un lazo rojo de una niña asomando por encima de un carrito que empuja su padre llama mucho la atención, máxime si el carro esta adornado con una puntilla de calaveras y tibias.
Aunque en la contraportada del libro hay comentarios llamando la atención sobre lo gracioso y desternillante que es este libro en cuestión, no debemos olvidar que el humor de los europeos no tiene nada que ver con el humor de un americano.
Digamos que es entretenido pero no desternillate. Por lo menos para mi.
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