De alguna forma te envidie en vida. Siempre "feliz", gracioso, juerguista. El típico tío que aguanta tres días de marcha, ..... . Joder que cachondo es Alberto.
Todo lo anterior siempre y a ciertas edades se entiende; y en ocasiones se llega a admirar de forma errónea.
Conozco y conocí a personas como tú. Algunos corrieron distinta suerte a la tuya, pero acabaron también destruyendo sus propias vidas llegando al mismo desgraciado final al que llegaste tu. Los otros. Los que aún perduran, en su mayoría son seres solitarios. Apartados de la sociedad por ellos mismos o por la propia sociedad; al verse desubicados en unos momentos o en un mundo donde deberían estar en otras etapas de su vida como seres humanos.
Yo decía a mi padre que siempre me gustaría la juerga, el cachondeo, el ruido insoportable de las discotecas de Benidorm, los AC/DC, KISS, etc. Si todo lo anterior me sigue gustando pero si antes era un 90% de ímpetu y creencia, ahora representa un 0,09%. Benidorm el 0%
No se por qué hiciste lo que hiciste. Si fue por valentía o por cobardía. Si fue por que estabas abrumado o aterrado. El caso es que al final lo hiciste y te saliste con la tuya. Pero que sepas que a los únicos que nos dejaste "colgados" fue a tu familia y a las personas que te apreciábamos.
Yo no puedo negar que el suicidio ha sido también una opción para mí en la situación psicológica en el que me encuentro. Daros una vuelta por mi blog. Si, muchas veces piensas que lo mejor es quitarte de en medio. Sobre todo si no eres una persona resiliente y/o asertiva, o lo que es lo mismo, que no eres una persona a la que todo a su alrededor no le afecta. Una persona que por desgracia no tiene esa coraza o ese caparazón donde todo choca, rebota o resbala, y que algunas personas parecen que nacen con ella. O también ser una persona que no pueda distinguir, discernir y separar los problemas del resto de actividades del día a día y al final termina por convertirse ese problema en una obsesión.
Ver el sufrimiento de tu madre sintiendo como otro hijo se iba, esta vez de forma gratuita. Víctor, el primer hijo, se fue por una asquerosa, terrible y maldita enfermedad. (Si, esas enfermedades que mandan estos dioses tan buenos, benévolos y magnánimos). El sufrimiento de tu madre por la muerte de su segundo hijo no creo que sea recompensado por nada ni por nadie en toda su vida.
Ver el sufrimiento de tu padre, hermanos, familiares y amigos. Y sobre todo, ver el sufrimiento de tu abuela -hermana de mi suegro- repitiendo como una letanía tu nombre hasta la iglesia. Eso, eso sí fue lo que me hizo cambiar de idea de cometer ese hazto de valentía o cobardía que tu cometiste. Sinceramente me demostraste que no merece la pena suicidarse.
No. No. Crear tanto sufrimiento a tus, nuestros, vuestros, seres queridos no tiene, tendrá ni debería tener el perdón de nadie. Para algunos será circunstancial e incluso efímero, para otros no; para otros les perseguirá ese dolor por toda su vida.
Como ya he comentado, yo siempre tengo o intento sacar algo positivo de todo, aunque sea de un hecho tan negativo y terrible como fue tu muerte. Que sepas que estés donde estés -como dicen la mayoría de los creyentes aunque para mi estas enterrado con tu hermano y no en otra parte- a mi si me has ayudado mucho y sobre todo a mi familia.
Se que sonara un poco duro lo que hoy voy a decir o escribir, pero el día de tu entierro a mi me diste la vida. A mi y a mí familia también. Lástima que tuvieras que morir para darme cuenta.
Si hago lo que tú hiciste no solo me quitaría la vida yo, también se la arruinaría a mi familia y seres queridos. ¿Porqué renunciar a ver crecer a mis hijos?. ¿Porqué perderme la sonrisa de mis hijos y los mismos?. ¿Porqué destrozar el amor de mi mujer?. ¿Porqué?
Gracias, no te olvido, ni te olvidare.
Todo lo anterior siempre y a ciertas edades se entiende; y en ocasiones se llega a admirar de forma errónea.
Conozco y conocí a personas como tú. Algunos corrieron distinta suerte a la tuya, pero acabaron también destruyendo sus propias vidas llegando al mismo desgraciado final al que llegaste tu. Los otros. Los que aún perduran, en su mayoría son seres solitarios. Apartados de la sociedad por ellos mismos o por la propia sociedad; al verse desubicados en unos momentos o en un mundo donde deberían estar en otras etapas de su vida como seres humanos.
Yo decía a mi padre que siempre me gustaría la juerga, el cachondeo, el ruido insoportable de las discotecas de Benidorm, los AC/DC, KISS, etc. Si todo lo anterior me sigue gustando pero si antes era un 90% de ímpetu y creencia, ahora representa un 0,09%. Benidorm el 0%
No se por qué hiciste lo que hiciste. Si fue por valentía o por cobardía. Si fue por que estabas abrumado o aterrado. El caso es que al final lo hiciste y te saliste con la tuya. Pero que sepas que a los únicos que nos dejaste "colgados" fue a tu familia y a las personas que te apreciábamos.
Yo no puedo negar que el suicidio ha sido también una opción para mí en la situación psicológica en el que me encuentro. Daros una vuelta por mi blog. Si, muchas veces piensas que lo mejor es quitarte de en medio. Sobre todo si no eres una persona resiliente y/o asertiva, o lo que es lo mismo, que no eres una persona a la que todo a su alrededor no le afecta. Una persona que por desgracia no tiene esa coraza o ese caparazón donde todo choca, rebota o resbala, y que algunas personas parecen que nacen con ella. O también ser una persona que no pueda distinguir, discernir y separar los problemas del resto de actividades del día a día y al final termina por convertirse ese problema en una obsesión.
Ver el sufrimiento de tu madre sintiendo como otro hijo se iba, esta vez de forma gratuita. Víctor, el primer hijo, se fue por una asquerosa, terrible y maldita enfermedad. (Si, esas enfermedades que mandan estos dioses tan buenos, benévolos y magnánimos). El sufrimiento de tu madre por la muerte de su segundo hijo no creo que sea recompensado por nada ni por nadie en toda su vida.
Ver el sufrimiento de tu padre, hermanos, familiares y amigos. Y sobre todo, ver el sufrimiento de tu abuela -hermana de mi suegro- repitiendo como una letanía tu nombre hasta la iglesia. Eso, eso sí fue lo que me hizo cambiar de idea de cometer ese hazto de valentía o cobardía que tu cometiste. Sinceramente me demostraste que no merece la pena suicidarse.
No. No. Crear tanto sufrimiento a tus, nuestros, vuestros, seres queridos no tiene, tendrá ni debería tener el perdón de nadie. Para algunos será circunstancial e incluso efímero, para otros no; para otros les perseguirá ese dolor por toda su vida.
Como ya he comentado, yo siempre tengo o intento sacar algo positivo de todo, aunque sea de un hecho tan negativo y terrible como fue tu muerte. Que sepas que estés donde estés -como dicen la mayoría de los creyentes aunque para mi estas enterrado con tu hermano y no en otra parte- a mi si me has ayudado mucho y sobre todo a mi familia.
Se que sonara un poco duro lo que hoy voy a decir o escribir, pero el día de tu entierro a mi me diste la vida. A mi y a mí familia también. Lástima que tuvieras que morir para darme cuenta.
Si hago lo que tú hiciste no solo me quitaría la vida yo, también se la arruinaría a mi familia y seres queridos. ¿Porqué renunciar a ver crecer a mis hijos?. ¿Porqué perderme la sonrisa de mis hijos y los mismos?. ¿Porqué destrozar el amor de mi mujer?. ¿Porqué?
Gracias, no te olvido, ni te olvidare.
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