Esta oportunidad de conocer un país nuevo y centroafricano me la brindó mi trabajo. Debíamos instalar un equipo de nuestra empresa en Knosamba, "ciudad" en mitad de la selva a 250kM al norte de Douala, Camerun. A un sitio tan paradisíaco nadie de mi empresa quería ir bajo ninguna concepto ni circunstancia -como es sabido por todos allí se desayunan a un blanco todas las mañanas, de ahí el miedo que tenemos de Eto'o-. Yo por el contrario estaba dispuesto a pagarme el billete del avión si hacía falta para ir allí. Finalmente Paco decidió venirse conmigo a Camerún tras constatar que yo había viajado por casi todo el mundo, aunque hay que reconocer que el jefe de recursos humanos le mintió diciendo que yo había viajado a Camerun varias veces. De esto me enteré cuando ya viajábamos de París a Douala.
Paco, al cual no conocía antes de este viaje, era la primera vez que salía de España, con lo que todo para él era nuevo y realmente una verdadera aventura. Durante el vuelo fuimos hablando y conociéndonos mutuamente un poco, íbamos a estar 12 días juntos, de algo había que hablar.
Así llegamos al aeropuerto de Douala. El bofetón de calor y humedad al salir del avión es similar a cuando viajas por ejemplo a República Dominicana o Vietnam. Caos típico en aeropuerto de un país de esas características. Los controles absurdos de cualquier aeropuerto. Finalmente cogemos un taxi en el aeropuerto para ir a
el Hotel Meridiem, el cual estaba bien pero muy por debajo de la categoría de esa cadena, aunque no tanto como en el que estuve en Saigón hace 15 años.
Una vez instalados en nuestra respectivas habitaciones pude comprobar desde la ventana de mi habitación;
y afortunadamente mas de una vez como se verá en otras entregas, digamos aventura; que la educación es un tema muy importante en Camerún y esto fuera de ninguna coña...
TO BE CONTINUED...
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