Dia 23 de Mayo de 2008
Ingreso en el hospital. La impresión recibida por las instalaciones del centro afianzaron mi confianza respecto a los buenos resultados de la interveción. La tarde transcurrió pasable debido a la retransmisión de la corrida de San Isidro donde pude ver a un envalentado Morante de la Puebla, degustando un buen jamón y de postre unos pastelitos de Embassy. La noche pasó sin pena ni gloria.
Dia 24 de Mayo de 2008
Dia D. La hora H era una incógnita, éramos tres pacientes y no sabíamos el orden de nuestra suerte. No fui el último, a las once oí un toc toc en la puerta de mi habitación, estaba claro que mi intervención iba a comenzar. Tras dos horas en quirófano informaron a mis familiares que todo había ido según lo planeado, el neurocirujano dijo: "hemos operado a vuestro chiquitín, vaya morlaco, le hemos hecho tres fijaciones, todo con piezas de titanio, (ahora valgo algo mas) y le he aumentado un centímetro y medio en altura". Después de dos horas de post-operatorio me subieron a la habitación donde mi familia estaba esperando. Poco más que contar de este dia, pues el resto fueron dolores, malestar y no poder dormir en toda la noche.
Mañana más.
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