Dia 25:
Como decía no pude dormir ni un segundo. Tubo por aquí y tubo por acá. No voy a ser tan explícito. Deseando ver la luz del sol y deseando que me sacaran los tubos susodichos. A las 9:00 llegaron las enfermeras. Simpáticas como ellas solas, e inhumanas como requiere su profesión. Lo que tendrán que ver. Allí llegaron con el carrito de "los helados"; tenía de todos los instrumentos necesarios para desconectarme de tanto tubo.
Para el primer tubo me dijeron que no hace falta verme donde esta insertado el mismo. Son muy expertas. "Respira profundamente y no notarás nada". Efectivamente no noté cuando me puso las manos en la sábana, pero estuve a punto de decirla que me devolviera los testículos. Toda una artista. Lo mismo del tubo de la espalda donde pensé que se llevaban insertados mis riñores. Me quitaron el apósito de la espalda y me creí liberado de ataduras. Soy libre de nuevo...
Camillero esta vez con silla de ruedas para hacer radiografias. Levantarme y sentarme en la silla de ruedas en menos de 24 horas de la operación no era un milagro, era un acto de fe sin precedentes, sobre todo para un ateo confeso como yo. Ese suelo liso como el mármol, sin la mínima imperfección, se tornó en un rally en toda regla. Podía percibir el menor desnivel u ondulación en mis vértebras recién soldadas mecánicamente con 6 tornillos de titanio de 10cm. La bajada del ascensor fue como una caída libre en un parque de atracciones. Obviamente no tan divertido. Yo iba agarrado como una garrapata a la silla de ruedas que la creía parte íntegra de mi cuerpo. Las radiografías igual que el desentubado. "Ponte así, asao. Pero tú sólo tampoco es para tanto". !Cuánta gente dura hay por el mundo!. Finalmente regresé a mi querida y por este instante deseada habitación. Pero lo bueno dura poco. Eso pasa siempre, en esta vida banal que tenemos. Sentarme en la silla de la habitación duró lo mismo que el suspiro de sentir mis gluteos en el forro de la misma. El doctor, mi querido doctor, entró con ese mismo aire jovial que el día en que le conocí. Me habían dicho que el aire castrense le iba mucho. Pero de ahí a mandarme "FIRMES AR" hay un trecho, y bastante grande por cierto. Pero así fue, le dije que por lo menos me ayudara a levantarme de la silla y gracias a Dios , la Virgen María y los santos apóstoles, Pedro y Pablo, allí tuve un brazo donde apoyarme. Después de esa breve ayuda vuelta a los aires castrenses, "UN DOS, UN DOS. MEDIA VUELTA. DE PUNTILLAS, DE TALONES. ALLLLTO". Prueba superada, el resto del dia de "vacaciones", cama, paseo, cama,...
Mi deseo era poder dormir esa noche. Me dijeron , Nolotil y pastilla para dormir - ahora me entero que el valium es un relajante muscular para dormir-. Creía que iba a dormir a pata suelta. Ni media hora. A las 4:00 empezé a convulsionar desquiciado de los nervios, desquiciado de no dormir, desquiciado de dolores. La enfermera al verme me dijo que me diera un paseo y que si era alcohólico. Ojalá hubiera tenido una buena botella de whisky allí a mano para dormir la mona. Me dijo que según mi prescripción médica podía tomarme otro calmante y otro valium. !Sí POR FAVOR!. Mano de santo. A dormir como un angelito hasta las 8:00........
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